Todos crecemos idealizando el sexo, probablemente esto sea fruto de la influencia del erotismo del cine americano. Hasta que lo pruebas y encuentras una realidad que poco o nada tiene que ver con aquello que figuramos. El sexo no es como en las películas, ni siquiera como en las porno.

Cuando preguntas sobre sexo, ya sea en consulta o hablando con colegas, te das cuenta de que la mayoría de las chicas o mujeres son incapaces de responder con desprendimiento a la primera. Construyen un “film” sobre sí mismas en torno a su ideal y recurren a este cuando toca conversar, incluso con amistades propias.

La gente cuando habla de sexo no es honesta. Cuando indagas un poco más, conoces que muchas de ellas han tenido cientos de relaciones sexuales pero siguen siendo inexpertas en esto del placer.

¿Por qué se encubre este  problema cuando es un hecho  que la salud sexual es parte integral de nuestra vida ?

Lejos de ser un tema biológico, el porqué de esta inexperiencia responde fundamentalmente a una cuestión de educación sexual. Pautas culturales, religiosas y sociales que no han permitido abordar este tema con normalidad, engendrando tabús, sentimientos de culpa y miedo que fomentan una imagen común distorsionada e idealizada de la la escena sexual.  Además nuestra sociedad establece estereotipos y cánones de belleza que describen requisitos básicos para el atractivo sexual.

Estas cuestiones sociales configuran disposiciones personales que determinan la forma de expresar nuestra sexualidad, generando en algunas personas, especialmente mujeres un gran desconocimiento personal, falta de apertura a la experiencia sexual, excesiva necesidad de satisfacer a la pareja, rechazo, inseguridad, e incluso baja autoestima, que no solo condicionan su sexualidad sino también su felicidad.

Según una encuesta realizada por la Universidad de Chicago (EEUU) publicada en el Journal of the American Medical Association, el 43% de las mujeres han experimentado algún tipo de disfunción a lo largo de su vida. Siendo el 21% de las mujeres entre 18 y 29 años las que afirmaban sentir dolor durante sus relaciones sexuales, mientras que el 27% hablaba de “experiencias poco placenteras”, el 40% nunca han buscado tratamiento.

Estos problemas pueden abordarse eficazmente con psicoeducación o con ayuda de un profesional.

Si te sientes identificado/a con la situación que expongo, en este espacio dejo algunos artículos que pueden cambiar tu perspectiva y mejora tu problemática.

  • ¿Cómo influye el desconocimiento personal en el sexo?
  • ¿Cómo trabajar la inseguridad o falta de autoestima asociada a relación sexual? (Autoestima, experiencias sexuales previas..)
  • Prácticas sexuales  aprobadas y prohibidas.
  • Orientación e identidad sexual. ( Homosexual, heterosexual, bisexual, pansexual, intersexual..)

En conclusión, desde mi punto de vista, para alcanzar una solución permanente a esta problemática sería necesario un cambio común. España es uno de los pocos países Europeos que no cuenta con este tipo de educación en su currículo escolar, y lo cierto es que se hace necesaria una reforma educativa que incluya educación sexo-afectiva académica de manera longitudinal. Educar en riesgos pero también en placer, sentimientos, actitudes y habilidades sociales. ¿Qué opináis?